viernes, 29 de febrero de 2008

Cuatro temporadas de Sexo en Nueva York después....

Estos días de baja están siendo un mortal aburrimiento, como era predecible. Sobre todo porque no puedo salir de casa y cuando lo hago es para ir al hospital-Centro de salud. Esta madrugada he ido al hospital, donde he descubierto que si los indigentes fueran más avispados se irían a dormir todos a la sala de espera de Urgencias de La Paz. Un indigente avispado, hay por lo menos, y ronca muchísimo. Duerme con una pierna colgando y una bolsa de plástico con cosas dentro le hace de almohada.

Al principio yo pensaba hacerme la digna y no imitarle, pero después de dos horas pegando cabezazos he decidido tomar su postura y ponerme a modo de almohada el abrigo, en vez de una bolsa de plástico, pero porque yo no tenía bolsa de plástico.

Esto está dando mucho de sí. Ya sólo me queda la última temporada de Sexo en Nueva York por ver. A estas alturas he llegado a la conclusión de que ésta no es una serie de las que puede ver uno pegándose atracones (que es lo que estoy haciendo yo). Es una serie que hay que ver poquito a poco, para no deprimirse con la vida de cuatro mujeres solteras que sufren por su culpa y por la de los hombres que se van encontrando. Para hacerme inmune pienso que esos hombres y esas mujeres están en Nueva York y sufren por la ley kármica. Porque si tienen dinero para comprar los zapatos que salen ahí, tienen que tener una contraprestación.

Desde luego esta es una de las mejores dietas que se me podrían haber ocurrido. Ya he dejado atrás 4 kilos (aunque volverán a mí, no sé por qué lo presiento...) Después de leerme el último libro de Harry Potter habré perdido otro kilo, pero sólo de sostenerlo (madre mía cómo pesa).

Cuando salga de este paréntesis estelar no voy a volver a comer un puré en años. (A Dios pongo por testigo, cogiendo un poco de tierra con un puño)

miércoles, 20 de febrero de 2008

De los viejos que comen pipas mientras ven obras y los viejos que invierten en Bolsa

Una vez más me he convertido en la chica de la Bolsa (este comentario podría dar lugar a equívocos... no me refiero a que haya decidido dejar el periodismo y dedicarme a la vida alegre, ni a que ahora robe bancos). Estoy otra vez en la sala de prensa de este edificio que me gusta tanto por fuera y en el que hay tantos estudiantes de instituto de excursión por dentro.

Eso sí, los estudiantes, en proporción, son el 10% (siguiendo la teoría de los porcentajes que he aprendido hace poco) del total de seres humanos que habitan la bolsa. El 90% son, como ya he dicho alguna vez, ancianos desocupados.

Un anciano desocupado suele tener la misma pinta en cualquier país mediterráneo, pero los ancianos de la Bolsa son hombres maduros con traje, que ofrecen poner pisos a las señoritas que ven por el parqué (que no son muchas, a lo mejor un 2%). Nada que ver con el típico abuelo con boina incrustada, que come pipas en algún banco con vistas a una obra.

En el fondo, el anciano mediterráneo y el anciano de la Bolsa son la misma persona con diferente estatus económico. Es decir, cada uno se entretiene a su manera... El de la Bolsa mira fijamente pantallas con números de colores y se pone rojo cuando está perdiendo dinero. El mediterráneo levanta poco a poco el trasero del banco (como a cámara lenta) cuando pasa una mujer guapa y los obreros le lanzan improperios.

En próximas ediciones, seguiré dando datos de mis estudios antropológicos sobre estas dos especies de nuestro entorno...

martes, 19 de febrero de 2008

Bajo el sol de la Toscana

Este fin de semana echaron en Antena 3 Bajo el sol de la Toscana. No pude verla porque había quedado con Tomás y Lola para planificar las vacaciones con un chocolate caliente de por medio. Pero... ¡la grabé! Pensaba que la había visto antes pero no me acordaba demasiado así que disfruté de ella como si fuera la primera vez.

Entiendo que esa película fuera la razón de Stacy para ir a Italia, por las ciudades que aparecen y por el mensaje. Una escritora que siente cómo su mundo se le viene encima y que encuentra su camino en Italia, concretamente en una casa en ruinas de Crotona. Me gustó, aunque no se acerca ni de lejos a Sabrina, con mensaje parecido y el aliciente de que la protagonista es Audrey Herpburn... Sigue siendo la película que más me gusta para los días de lluvia y chimenea. La diferencia fundamental está en que Sabrina se va a París, a ser cocinera. Y París tiene más glamour, pero la Toscana es más cálida.

http://www.youtube.com/watch?v=eBQoyX_wZDM&NR=1

jueves, 14 de febrero de 2008

La Sospecha después de Cibeles


El resfriado que me ataca no ha sido impedimento para disfrutar de un día completito... Mi visita a la Pasarela Cibeles se resume con un flechazo que vivimos el bolso Birkin de Hermes en azul charol que llevaba una de las modelos y yo. El bolso me rozó una pierna y yo lo miré, como cuando se encapricha una del novio de una amiga...
En fin, como el hurto está penado y el robo más, decidí que nuestra relación se limitara a un amor platónico.
Hablando de amores, tengo que secundar la idea que han tenido Tomás y Lola de celebrar San Faustino, el día de los no enamorados y los amigos queridos. San Faustino es un tipo mucho más simpático que San Valentín, que nunca existió y que me recuerda a una película de Concha Velasco y compañía (me resulta imposible acordarme del resto pero creo que salían dos parejas en ese largometraje mítico del cine español).
En los días previos a esta celebración, que tendrá lugar el próximo viernes, está bien hacer vida social para ir abriendo boca. Y por eso, después de mi desengaño con el bolso Birkin me fui al estreno de La Sospecha... una obra de teatro de John Patrick Shanley que representan en el Teatro Infanta Isabel.
La obra está genial, los actores están bien pero el texto me encantó. Quizá por algo de deformación profesional, pero hay un momento en el que el cura protagonista compara en su sermón romper un cojín de plumas y dejar que vuelen con los chismes, que me hizo asentir con la cabeza un par de veces.
Después La Bardemcilla (que para algo una de las protagonistas de la obra es Pilar Bardem) y sus camareros, que están enamorados de Ana (normal, por otra parte). Dos de ellos son cubanos y no paraban de dibujarle corazoncitos en el cuadernito de los pedidos. Otro, más castizo, decía que los cubanos vienen del otro lado del Atlántico y están sin evangelizar.
Dormir, he dormido poco, pero estoy desarrollando mi talento para vivir.

sábado, 9 de febrero de 2008

El vaso medio lleno


El último examen de febrero terminado y media licenciatura en el bolsillo (sólo queda la otra mitad!) Después de celebrarlo ayer con mis compis, toca fin de semana relajado y vuelta a empezar... La verdad es que prefiero las dos semanas de exámenes porque me permiten estar en casa por las tardes aunque no haya podido ver mucho a Mónica.

Debo confesar que creo en las señales de una forma algo infantil y supersticiosa. Ayer, hablando con un compañero de trabajo, me dijo que se va a Roma cuatro días con otros treinta periodistas por trabajo. Van a la presentación de la versión en castellano de "Scusa ma ti chiamo amore" de Federico Moccia. Les van a pasear por todos los restaurantes que menciona el libro...

Ese fue mi libro del verano. Me lo compré en la librería Pasajes antes de ir a Florencia para ir leyendo algo en italiano que no fuera el Gattopardo. Algo ligerito que me llevé en la maleta y me traje de vuelta a España sin acabar... No me dio tiempo. Y de repente la novela teenager se convierte en best seller en Italia y me la encuentro en Fnac, como quien escucha una canción que le recuerda a alguien. A mí me recuerda una mochila llena de libros un día en el que llovía como si fuera a acabarse el mundo por calles estrechas, que resbalaban.

viernes, 1 de febrero de 2008

Once

No me queda otra que recomendar esta especie de "musical" irlandés. Y digo "musical" por decir algo, porque no responde a lo que se espera de uno. Una historia de amor sin caer en lo sensiblero, modesta pero que merece mucho la pena.

Por cierto... creo que estoy conociendo a alguien que merece mucho la pena.



Falling Slowly

I don't know you
But I want you
All the more for that
Words fall through me
And always fool me
And I can't react
And games that never amount
To more than they're meant
Will play themselves out

Take this sinking boat and point it home
We've still got time
Raise your hopeful voice you have a choice
You've made it now

Falling slowly, eyes that know me
And I can't go back
Moods that take me and erase me
And I'm painted black
You have suffered enough
And warred with yourself
It's time that you won

Take this sinking boat and point it home
We've still got time
Raise your hopeful voice you had a choice
You've made it now

Take this sinking boat and point it home
We've still got time
Raise your hopeful voice you had a choice
You've made it now
Falling slowly sing your melody
I'll sing along

(Glen Hansard)