jueves, 18 de junio de 2009

De Villa Massimo a Monte Mario



Vivir en el extranjero tiene grandes atractivos como el descubrimiento de otras culturas. El jueves pasado las alemanas me arrastraron a la "Fiesta del verano" de la Academia alemana en Roma en Villa Massimo.

Contexto espectacular, ya le dije a Anna un par de veces que el Conde Massimo ese tenía que ser un partidazo en su época. Un caminito hecho con velas (ay, que me pierden estas cosas) y estudios donde los becarios de este año mostraban su obra.

Yo iba con la ilusión de encauzar a Anna y encontrar para ella un buen mozo poeta y alemán (o pintor/compositor alemán) y lo que hallé fue especímenes como el de la foto. Un tipo que podría pasar perfectamente por la recreación que hace El Santo de Tomás Moro pero cuya creación era... un collage con su falo (seamos justos, con lo que le hubiera gustado que la Madre Naturaleza le colocara entre las piernas).

Frustrado mi objetivo de Celestina, disfruté de las chinitas en las sandalias (es importantísimo enterarse de cómo va a ser el pavimento antes de elegir el modelo) y de la coreografía de otra becaria, que incluía meterle mano al violonchelista vestido con una túnica blanca. (Sí, los alemanes están avanzadísimos, no tienen pudores).

Ayer tuve otra inmersión cultural pero esta vez a la romana. Volví a ver a Dario y me di cuenta de que había pasado mucho tiempo desde la última vez porque no le entendía cuando hablaba rápido. Cuando llegué a Roma me pasaba igual pero luego me acostumbré.

Después de hacer una cola alucinante para coger una Gratachecca (que es como un granizado pero con frutas y coco al estilo de la sangría), Dario nos llevó allo Zodiaco. Vistas espectaculares, máquinas para coger peluches con ganchos, tipo con teclado y micrófono cutre a más no poder y parejitas colocando candados del amor (porque aquí los jóvenes para demostrarse su cariño colocan en el Ponte Milvio un candado y tiran la llave al río --todo a raiz de una película más bien mala que se llama Tre metri sopra il cielo--).

Estuve mucho más a gusto que la última vez que había estado con los dos juntos. Parecía más natural. Supongo que ha llegado el momento en el que se me ha desinflado el orgullo y me da igual que él intente ligársela o que la llame para quedar más de lo que me llama a mí (estos celos eran típicos de las niñas de doce años -te presenté a mi amiga pero tu amiga soy YO-). Ellos se quedan y pueden hacerse compañía. Sobre todo para la alemana, que necesita que le hagan reir.

Me voy... que llega el olor del hojaldre de berenjenas que está haciéndonos para comer desde la cocina.

lunes, 8 de junio de 2009

De las bajas pasiones: Los celos


Intentando entender por qué San Agustín tenía una concepción del Derecho diferente de los Pelagianos (o ¿Pelayanos? es que está escrito en el libro en italiano) vuelvo a preguntarme qué pinto yo estudiando en junio en vez de ir a la playa los domingos.

Sí... no es difícil contestarme. Si no estudiara no tendría el aire de bibliotecaria sexy. No estaría en Roma ahora mismo haciendo una Erasmus tardía... Creo que ya está abierta la piscina de la urbanización de mis padres.

Sea como sea, visto que el aire de misterio no es lo mío estoy potenciando mis cualidades naturales. Cuando la niña de las gafas de concha que tiene libros abiertos en cada habitación de la casa crece, se convierte en una empollona (nerd) para pasar luego al estadio interesante.

Como cualquier lector de Nick Hornby sabrá, a las mujeres hay que reforzarles la autoestima. Así, si tu chica es lista tienes que remarcar lo guapa que es y si es especialmente guapa, alabar sus logros en cualquier área del saber.

La mujer insegura, además, es celosa. En los últimos días he vivido dos ejemplos. El primero y más surrealista, la señora de la limpieza de la oficina en la que soy secretaria. Es romana y está casada desde los quince años (yo le echo unos 50). Desde hace diez, tiene un amante, Nino. Ella jura y perjura que su marido no sabe nada pero sus hijos sí y ante la duda de si el divorcio está penado en Italia me dice que no, que lo que pasa es que no quiere romper dos familias...

Pues bien, Nino le había dicho que estaba en casa comiendo y cuando ella llamó... ¡No estaba! ¿Dónde estaba? ¿Por qué le había mentido? Al día siguiente había urdido una trama (con la jefa del despacho) para hacer creer al tal Nino que ellas se habían ido a bailar por la noche con un antiguo pretendiente. Ver a la jefa (morenísima, mayor, rubísima) decir que le dolían los pies de bailar para que Nino se pusiera celoso me hizo darme cuenta de que esto no se pasa con la edad... La tontería, digo.

Hoy he sabido que Nino estaba colocando unas cajas en el garaje cuando ella le llamó. Ahora él está celoso porque piensa que su amor se ha ido a bailar con sus amigas y vete a saber qué ha hecho.

El otro caso es el de una de mis mejores amigas que me llamó el sábado por la noche llorando para decirme que había ido a ver la función de su novio en Valencia y que en el camerino se había encontrado con la ex novia. El tipo, con el que lleva dos meses, le dijo que la había llevado por ella, para que supere su problema con los celos.

Menos mal que tenemos quien nos arregle la vida y las taras. Al chiquillo le salió el cursillo intensivo por un viaje nocturno Valencia-Madrid en coche, con novia enfadada en el asiento del acompañante.

¿Y yo? No me considero especialmente celosa y Novio tampoco parece serlo. He descubierto que me considera demasiado azucarillo (a los caballos les encantan los terrones de azúcar, no veo el problema) pero no sé si puedo o quiero poner remedio... ¿Es un defecto?

sábado, 6 de junio de 2009

¿Qué hace una chica como yo en un sitio como este?


Segunda visita de mi madre a Casa De Gregorio (Casa-Benetton) y ésta vez se va más contenta que la primera. Vivo en una habitación más grande, me puedo permitir los yogures de marca y tengo un "amigo".

Yo me quedo más o menos igual que la primera vez. Parece mentira lo pronto que me acostumbro a tenerla cerca, al olor de su tortilla de patatas y a sus inventos de MacGyver (cogió la funda de la almohada que se me había caído por el patio y había acabado en las cuerdas de tender del vecino de abajo con dos palos y cinta aislante).

Lo único malo es que he vuelto a comprobar que por boca tiene un buzón de los de meter sobres grandes... Después de contarme las novedades sobre los hijos de sus amigas (todas me hacen parecer a sus ojos la moza ideal) me ha confesado que "por solidaridad" les ha contado lo de que salgo con un chico... Bueno y también se lo ha contado a mis tíos que para algo son sus hermanos.

- Hija si me preguntan si has conocido a alguien ¿qué quieres que les diga?
- Pues la verdad mamá, que he conocido muchísima gente.
- Ya bueno pero ya me entiendes, si lo hago para que no se piensen que eres perfecta.
-¿Pero qué tiene de imperfecto empezar a salir con alguien?
- Bueno mujer...
- Bueno pero no has dicho nada más ¿no?
- Hombre, tu tío sabe que sale en la tele...
- Ay mamá ahora se van a pensar que es el corresponsal en China
- Uy ¡no! le he dicho que es el de Londres.
- ¿¿¿¿Cómo????

La imagen de mi tío, jubilado, haciendo zapping para encontrar a Novio y discutiendo con mi madre sobre si tiene o no entradas me ha puesto los pelos como escarpias pero... es que la quiero. Es rubia y con los ojos verdes. Cómo no la voy a querer...

viernes, 5 de junio de 2009

...All the cigarettes I have never smoked





tell me what it is, it isn’t fair
but I’m wasting time, but it isn’t my heart, it isn’t my fault
and every situation understands, well
the anecdote of chasing the locations to your doors
’cos I’m wasting time, I’m wasting money again
and all the cigarettes that I have never smoked
and all the letters that I have never sent
he was sitting by the swimming pool
but he was scared, ’cos it wasn’t his time and it wasn’t his chance
getting older’s not been on my plans
but it’s never late, it’s never late enough for me to stay
’cos I’m wasting time, I’m wasting money again
and all the cigarettes that I have never smoked
and all the letters that I have never sent

jueves, 4 de junio de 2009

Una ragazza solare...




Tengo por sana costumbre contar mis miserias y no las de otros pero hoy abandono la filosofía ombliguista porque la ocasión lo merece.



El Tum (dícese del macarra que repite mientras golpea el pecho y te mira torcido "tú, tú... ¿tú m´as mirao, tú m´as mirao?" según la definición de un magnífico periodista) es Gino, ex novio de Noemí Letizia y protagonista de este post.


Para saber quién es Noemí Letizia hay que entrar en la actualidad política italiana. Noemí es una "ragazza solare" a cuyo cumpleaños asistió Silvio Berlusconi, a la sazón primer ministro del país de la bota.


La mujer de Silvio, la recauchutada y estupenda Verónica Lario, se enteró de que su marido había ido a la fiesta de Noemí en Nápoles y pidió el divorcio (bueno por eso y porque Silvio había decidido meter en las listas para las elecciones europeas bailarinas y presentadoras de televisión, entre sus innumerables hazañas). En estas el diario La Repubblica se frotó las manos y empezó a hacer entrevistas al entorno de Noemí. Tum, que realmente se llama Gino, era entorno de la muchacha.


Así, el mozo napolitano confesó a la prensa como estando con Noemí, el primer ministro la llamaba y ella, incrédula, le pasaba el teléfono para que le confirmara que era la voz de Berlusconi. A Tum todo esto le parecía estupendo porque es un honor hablar con un jefe del Gobierno y Noemí era una "ragazza pura" (además de "solare"), por lo que no había nada de sospechoso en sus encuentros con Berlusconi.


A la espera de que Noemí se case por el rito gitano y su marido, triunfal, saque un pañuelo manchado con gotas de sangre, la inocencia de Gino me hace pensar que o no hay más ciego que le que no quiere ver o el muchacho es... corto.


Ciertamente y alejándome de lo políticamente correcto, su imagen cae en los terribles errores de los italianos macarras, que se depilan las cejas como Cher y se embuten en camisas tres tallas por debajo de la suya. La primera vez que vi la foto no pude resistirme a buscar la de Noemí para comparar el grosor de cejas.... Sí, ella las lleva aún más finas (es imposible tener un novio que lleve las cejas mejor depiladas que tú, un insulto a las relaciones macho-hembra, así como tampoco puedes juntarte con un tipo que quepa en tus pantalones vaqueros o que tenga más pecho).


En fin... estoy convencida de que Tum tiene un futuro prometedor en alguna de las cadenas de Berlusconi. ¿Jurado de Factor X? ¿Concursante de Supervivientes? ¿Consejero en un programa de buscar pareja? Ninguna de las opciones me parece demasiado descabellada.