Esta profesión que adoraba de niña y a la que finalmente me dedico trae días como éste, en los que miro todo lo que me rodea sorprendida, como si me hubiera colado en una fiesta.
Realmente hoy parecía que me había colado... Judit Mascó, Eva González, Modesto y Lomba... y yo entre la gente con una copa de champán y Tomás a mi lado. A 3.000 pies del suelo con British Airways y más auxiliares de vuelo, que son liberados en el Chad y deambulan por la Casa de América.
No entiendo porqué aún no ha desaparecido de mi mente. Ha pasado tiempo... Koray me ha preguntado hace un rato que si lo que había pasado es que yo no le gustaba. Él desde Turquía lo ha entendido mucho mejor que yo cuando estaba a pocos metros de distancia. A veces nos ponemos tal venda en los ojos que sólo podemos tropezar y hacernos daño.
Lo que toca ahora es seguir andando, levantar la cabeza y volver a verlo, cuando sea, y tener un cristal en el corazón para finjir una indiferencia que nunca podrá ser real.
viernes, 16 de noviembre de 2007
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