martes, 20 de mayo de 2008

Caffè Latte a Roma


Te invito a un café en Roma, frente al Panteón. Es una cafetería turística, oiremos conversaciones en japonés, inglés y alemán, quizá el camarero hable italiano.
Miraremos al frente y veremos las escaleras en las que una vez me rompí el pantalón vaquero sin darme cuenta y acabé con el estilo de Penélope Cruz en La quinta Marcha (aunque con las cejas mejor depiladas). Debajo de los pies adoquines suaves. Recordaremos alguna cita de esas que poníamos en las carpetas cuando éramos adolescentes. Me gusta aquella que dice "si quieres algo déjalo libre, si vuelve a ti es tuyo". Al final te das cuenta de que puedes incluir entre tus propiedades pocas cosas y ninguna persona.
Te invito a un café para escuchar las voces de alrededor. La radio es así. Cierras los ojos, escuchas una voz e imaginas una cara, irremediablemente. Esa cara nunca se corresponde con la realidad, nunca nos satisface, da igual como sea. La imaginación siempre es más poderosa... Qué atractiva es la voz.

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