lunes, 19 de enero de 2009

De los merodeadores ("Noche de ronda")

A la izquierda y con sudadera amarillo-pollo el capo narcotraficante Salvatore Zazo, detenido en Barcelona el sábado pasado. A la derecha, con sudadera azul y cara pixelada el carabiniero. Puede parecer que la manita que el carabiniero pone tras el brazo del narco es para que no se escape pero yo creo que la manita es para hacerse la foto.

El carabiniero se retrata con el narco como lo haría cualquier otro varón que ha ido de caza y ha vuelto a casa con una buena pieza para la cena. Cierto es que ninguno de los dos es corresponsal porque están bien alimentados.

Ayer el carabiniero pasó a formar parte de mi elenco de seres antipáticos. El género carabiniero me vaciló sin piedad y acabé sin ver el concierto al que había ido y cantándole las cuarenta a dos de ellos en españo-italiano (porque el español suena como más agresivo y alemán todavía no sé hablar).

El carabiniero pertenece a la especie "hombre-merodeador" que es una variante del "anciano de parque comedor de pipas". El merodeador se pasea como labor principal. Puede pasearse y gritar improperios, pasearse erguido dándose importancia o pasar cien veces en veinte minutos por delante tuyo mientras grabas una crónica. Éste último me inquieta, incluso más que el que finge hacer footing cuando realmente corre haciendo círculos a tu alrededor con expresión curiosa.

Pidamos a los cielos al menos que uno de estos corredores me ayude a atrapar al gitano rumano que le pone ojitos a mi bolso si decide algún día hacerse con él.

1 comentario:

Anónimo dijo...

grabando crónicas los mejores son los "paletas". Hacinados en una furgoneta y pitando cuando tu estás grabando.

O las chavs con su carrito de crio sandwich (invento espantoso que hace que uno de los niños se sienta, inevitablemente, despreciado) que intentan pasar sobre tí, tu cámara, tu tripode y tu circunstancia.

En fin...