lunes, 28 de enero de 2008

Rambo... de cómo envejecer con dignidad

Acaban de mandarme un mail de Manga Films para comunicarme que el cine afortunado en el que se va a preestrenar Rambo es el Kinépolis. Yo, que estoy entregada a mi trabajo he buscado el trailer de Rambo en youtube (viva la era de la información global) y estoy convencida de que Sylvester se ha teñido el pelo. Este señor tiene 61 años y ni una cana, ni un síntoma de calvicie... nada. En el trailer por lo menos degolla a uno, pega tiros a otros... Es un anciano violento. Como lo era en la última de Rocky que acabé viendo con mi familia, porque le tocaba elegir a mi padre. ¿Quién dice que le pueda tocar a mi padre alguna vez elegir??? ¿Por qué inventaron los griegos la democracia??
Se supone que con los años vamos haciéndonos más sabios... y no creo que la sabiduría incluya pegarse con nadie. Además, dentro de este pensamiento hippie y filántropo tengo que decir que lo mejor de las películas de acción es ver hombres cincelados sudando mientras luchan contra el mal. ¿Dónde está la gracia de ver a Stallone (que nunca fue guapo) con músculos? ¿No es una contrariedad que existan ancianos musculosos??
Lo que sí es un acierto es que la premiere sea en el Kinépolis, que es mi cine favorito porque soy una sentimental. Vi las obras, fui el dia de la inauguración a ver Elisabeth (la primera peli que vi en versión original, allí!!) con alfombra roja y todo, me di un golpe con el coche en la rotonda grande cuando iba al preestreno de El diario de Noa (qué bonitaaaa) y acabé trabajando al lado cuando ya estaba viviendo muy lejos de la colonia Gran Capitán.

1 comentario:

Jorge Alexandre dijo...

Probablemente nunca haga otra peli mejor que Demolition Man, clásico donde los haya... así que mejor dejemos que se centre en viejas sagas... De todos modos, has de saber que esta última película accedió a rodarla porque por lo que se lucha en ella son, atención, ejem ejem, Los Derechos Humanos! si si, así como lo oyes, así que el pobre degollado... quién sabe quien será... jejeje