
lunes, 31 de marzo de 2008
Las 8 plagas de Egipto

miércoles, 26 de marzo de 2008
Melissa P. o Las edades de Lulú en italiano
Compré el libro hace un par de semanas en la librería Pasajes. Uno de esos días en los que voy a comer con Lola y Tomás en la hora que les dan en el trabajo. Como trabajan en Génova es una oportunidad para pasarme y echar un vistazo a los libros que han traído en los otros idiomas que entiendo (inglés e italiano, no me saquéis de ahí). El de Melissa P., que se llama 100 colpi di spazzola prima de dormire (o cepillarse 100 veces el pelo antes de dormir), era cortito y me gustó lo que decía la contraportada. Además me sonaba a conocido.
Me esperaba la historia de una adolescente torturada por los desengaños amorosos y nada más lejos de la realidad. Yo, que fui una adolescente de las que vivían sus no-historias-de-amor poniendo los 40 principales y esperando que pusiesen Back for good (de Take That, claro! http://www.youtube.com/watch?v=wMSUnEOPY5I) para mirar por la ventana con aire triste, me encuentro con la historia de Melissa. Ella le cuenta a su diario sus primeros contactos sexuales, a los 14 años, y todos los que les siguen hasta que encuentra a un hombre bueno y redentor, con 18.
Por lo que ella cuenta en el libro, lo único que busca con cada nuevo amante(s), ellos y ellas juntos y revueltos, es que alguien la quiera. Pero estas leyendo y pensando... esto no se lo cree nadie. ¿¿Buscas amor en una habitación con 5 hombres que te comparten?? A mi entender lo que hace es utilizar el sexo como algo autodestructivo... Hasta que llega ese hombre salvador del que hablábamos todas y que la rescata, como el príncipe a la Bella Durmiente. Ella sola no podía.
martes, 25 de marzo de 2008
CILS
domingo, 23 de marzo de 2008
La piruleta más grande del mundo

jueves, 20 de marzo de 2008
Lilas

Siempre corriendo, sin detenerme a mirar alrededor, sin parar. Así no me doy cuenta de lo que me estoy perdiendo. Así, dejo tu recuerdo en un lugar al que sólo acudo con los dedos rojos e hinchados, que tocan ese trozo de madera que me une a la espiritualidad. Yo, que no creo y admiro a los que creen. Que creo en cosas que pueden existir o no pero me dan fuerza a diario porque, al menos un segundo, las rocé y guiaron mis pasos hacia otros países.
Ahora que preparo mi regreso no tengo muy claro si lo que me mueve es la fe o la racionalidad. A todos diré que me voy a aprender un idioma, a crecer… Pero sé que me voy a encontrarme con la parte de mí que mejor me ha hecho sentir. La que espera latente entre el sarcasmo y el humor ácido que me protege.
Te he pedido un sueño y me has dado libertad, abismo. Mis dedos rojos suplican presencia y van a buscarla al agua, que les da paz y alivio, que tiembla cuando la rozan.
Saberme libre no me hace más humana, porque yo no rompí mis cadenas. Se deshicieron cuando llegó el frío y las echo de menos. Una mariposa que quiere volver a envolverse en seda. Eso soy. Quiero que vuelva el miedo porque significará que hay algo que perder más allá de lo que veo cuando miro al espejo.
Búscame. Aún tengo retales de tu alma en el estómago. Te los devolveré. No los quiero. Son como espinas de pez que ningún río consigue arrancar. Búscame. Tengo un sueño para ti. Está envuelto en pétalos de flores color lila y no me pertenece.
miércoles, 19 de marzo de 2008
Risky Business
Ayer, en plena ruta del ánimo con mi amiga, conocí un sitio de Madrid que tiene pinta de no ser ninguna novedad, pero que para mí lo fue. La casa de Granada. Es algo así como un bar de abuelos en una azotea en la que estuvimos las dos hablando de nuestros amigos gays, de lo divino y de lo humano. Bueno, empezamos hablando de eso y acabamos hablando de por qué cuando los hombres empiezan a perder pelo son más hostiles y más sabios.
Mis pronósticos para hoy no son muy halagüeños. No he sacado la comida, tengo que devolver un DVD en la biblioteca y debería estudiar (debería...).
lunes, 17 de marzo de 2008
Lágrimas - Confeti

domingo, 16 de marzo de 2008
"Nunca viví nada igual, yo en mi casa y ella en el bar"

De paso, la noche me dejó como sorpresa la cinta de Manolo Galván de mi padre, con temas estelares como Yo en mi casa y ella en el bar, Siempre habrá un amigo que estará contigo, No te pongas triste niña y así sucesivamente. En días así parece que estamos más vivos, porque vivimos las 24 horas, minuto a minuto, llenas de cosas especiales. De hecho, me quedo con el sol en la espalda, tirada en el cesped del Templo de Debod con Jorge, que también odia las palomas.
Ahora estoy empezando a entender lo que tenía que enseñarme Marcos. A ser realista y menos vulnerable. Y, aunque parezca mentira, era absolutamente necesario. Era necesario que me hiciera daño como era necesario que se metieran conmigo en el colegio. Necesitaba hacerme más fuerte (talento vital).