miércoles, 24 de octubre de 2007

Intuiciones, pálpitos, evidencias

Otoño... hojas amarillas en los árboles de la Castellana y el deseo de refugiarme en unos brazos que me quieren, que siempre están ahí para decirme que no he hecho nada mal, que merezco la pena, que ya me advirtieron de lo que venía después.
Es difícil atender a una advertencia, incluso de alguien así, cuando cada poro de tu piel susurra un nombre propio. Es difícil escuchar las intuiciones que tu corazón transmite al cerebro. Porque nunca me mintió, porque nunca me trató mal. E voglio indifferenza semmai, mi vorrai ferire... y eso es lo que me ha dado. Indiferencia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No has hecho nada mal, solo, q como tu escribiste una vez, el amor es eterno, hasta q se acaba... ahora duele, pero mñn dolerá un poco menos, y así, poco a poco hasta q sonrias al recordar todo esto. Cuando quieras, te doy un abrazo, ahora mismo, te mando uno. Tqm