jueves, 4 de octubre de 2007

Palomitas...


En un cine se pueden hacer muchas cosas. Uno puede ser un cinéfilo de esos que sólo ven la película y disfrutan y se empapan de los personajes. De esos que cuando acaba el largo parece que han despertado de un letargo.

Luego están los que se hacen los entendidos y salen de ver María Antonieta (que lo único que tiene de bueno son los zapatos que salen) diciendo que la fotografía es espectacular.

Los primeros no suelen comer palomitas porque aman el cine, pero respetan a los que, totalmente americanizados, lo hacemos aunque engorde. Los segundos te miran por encima del hombro como si comer palomitas fuera de barriobajera. Pues sí, como palomitas y sí, me crié en Aluche, que no es que esté al norte de Madrid precisamente. Pero las palomitas le dan un toque casero a las pelis, y me gustan. Vivan las palomitas (no las que las tiran por todos lados, eh?)


1 comentario:

Anónimo dijo...

Xo puede gustarte al cine y gustarte comer palomitas... además, a mi me entra hambre viendo una peli, y no me preguntes pq, pq ni yo lo sé